Amigos
- Laura
- 26 jul 2011
- 3 Min. de lectura
Este texto irá dedicado a los amigos. Sé que había prometido un post acerca de las recientes vacaciones a Costa Rica y claro que lo habrá porque hay muchas cosas que platicar, pero tendrá que esperar un poco más. Hace un par de semanas pasaron cosas que me hicieron pensar en este post.
Me considero una persona sociable. Me es sencillo conocer gente nueva, no tengo problemas en platicar con cualquier persona e interesarme realmente en lo que cuenten. Sin embargo, no tengo muchos amigos. Son pocas, y lo digo en serio, las personas que están cerca de mi vida y que me conocen bien.
La verdad soy muy afortunada porque tengo amigos y amigas muy valiosas. Gente exitosa, inteligente, chistosa, chambeadora, que tiene sueños y metas y que disfruta la vida. De esas personas que de verdad quieres tener cerca.
Confieso y acepto con mucha pena que no soy la clase de amiga que llama diario o que organiza las reuniones. Pero no es porque no quiera o no me interese verlos. Creo que, gracias a internet, sé que sucede en sus vidas, veo fotos, me río de lo que escriben y es por eso que no los siento lejos. Igual no es excusa, es una explicación.
Muchas veces me lo reprocho y me gustaría ser diferente. Pero eso sí les digo: quiero infinitamente a mis amigos, que nadie lo dude. Sé que me falta constancia, pero no me falta cariño. Aunque estoy muy convencida de que la intención no es todo lo que se necesita y que hay procurar las amistades y demostrar que estás presente y cuentan contigo.
Y, como les decía, hay cosas en la vida que te ponen a pensar si estás construyendo suficientes momentos felices al lado de las personas que quieres. Sucesos que te hacen reflexionar sobre los lazos de afecto que tienes y que das por sentado, porque sabes que andan por ahí, pisando este mundo. Y te imaginas que están felices y que cuando "se den las cosas" habrá un tiempo para reunirse y platicar.
Pues no, eso no pasa sin voluntad y a veces hace falta hasta más que eso. Hace falta invertir tiempo, recorrer distancia, posponer pendientes del trabajo o tiempo en casa.... Pero no es un sacrificio. Es tiempo que le dedicas a una buena platicada, a escuchar lo que pasa al otro, a desahogarte, a reír, a llorar, a estar al lado de los amigos, pues.
Así que quiero que este post sirva para decirle a mis amigos, a todos, que aquí estoy aunque no siempre lo diga. Que los amo inmensamente, que disfruto su compañía, que soy feliz cuando los veo felices y me preocupo cuando sé que las cosas no andan bien.
Que me alegro por sus éxitos, que quiero que sus sueños se cumplan, que me lleno de emoción y nostalgia al recordar las cosas que hemos pasado juntos. Que hay muchos planes en mi vida que quiero compartir con ustedes y de los que quiero que formen parte. Que quiero que sus vidas estén llenas de momentos felices y que les agradezco los consejos, los regaños, las alcahueteadas, las risas... todo. Y que procuraré estar más cerca, sin duda.
Y para los amigos que ahora son estrellas, un beso al cielo. Tengo la certeza de que forman parte de todo lo que nos rodea y de que no existen más límites para ellos. Basta cerrar los ojos para saber que están aquí, cuidando nuestros pasos. Y por eso, hay que estar felices.
¡Hasta pronto!
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